La casa rei, obra de CRUX arquitectos, es una casa que se disfruta en familia. Cambia, se adapta, acoge a padres, bisabuelas, hijas, yernos, nietos, a algunos de ellos o a todos a la vez. Una casa que algunas mañanas amanece en el murmullo suave de un desayuno tranquilo y otras tardes arropa el griterío de los niños que juegan, de la sobremesa que se alarga, de esa reunión de última hora. Una casa flexible, vibrante, que evoluciona con el tiempo y se transforma con las necesidades de la familia.













Partiendo de la idea de Robert Smithson en su ensayo Monuments of Passaic, esta vivienda se levanta como ruina antes de ser construida. Es decir, contiene toda la nueva construcción que en el futuro se construirá.
Las tres naves se pueden compartimentar a conveniencia con verjas, cortinajes o sistemas de tabiquería en seco. Unas divisiones ligeras, con un tiempo más leve que el hormigón y el metal de la estructura.
En algunos puntos las tres naves se convierten en dos, o en una sola. Salen al exterior, se hacen terraza. Incluso perforan su suelo y se conectan con la planta inferior. La red tamiza la luz que ilumina los espacios centrales de la planta primera. El falso techo aparece donde es necesario, permitiendo que el techo de las zonas centrales quede desnudo y revele la bovedilla curva de hormigón, que se convierte así en sinónimo del espacio principal. Una materialidad básica que busca la consagración de materiales profanos en esta suerte de basílica apócrifa.
Nuestros antepasados nos hicieron un gran favor filtrando las soluciones construidas que mejor se adaptan a la vida en general y a este territorio en particular. Es por ello que, para resolver los diferentes elementos constructivos del proyecto, se emplea lo que Christopher Alexander denomina “patrones”. Estrategias y soluciones constructivas que la cultura y la sociedad han testado a lo largo de los años.
La reja de la habitación principal se toma de la reja de las antiguas casas solariegas presentes en el barrio de la Villa de Requena que, además de añadir una capa de protección y amparo, permite asomarse, festear como en Don Juan Tenorio, y tener vegetación que humedece y refrigera el aire que entra en la vivienda.
La vivienda se aprovecha de la mejor orientación en esta zona y cuenta con visuales largas y un contacto continuo con el exterior. La posibilidad de generar ventilación cruzada como climatizador natural hace que no sea necesario ningún aparato que consuma energía para enfriar la temperatura interior en verano.
La luz filtrada de la celosía evitar crear sombras muy marcadas en los espacios de servicio. Al incidir el sol directamente se produce una iluminación uniforme y un tapiz que cambia con el paso del día. Así es la Casa Rei, una casa que evoluciona y se transforma.





